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Ilustración de La Mezquita – Catedral de Córdoba

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Es el monumento más importante y característico de Córdoba. Fue construida por ‘Abd al-Rahmän I en el año 786 y ampliada sucesivamente por ‘Abd al-Rahmän II (833-848), ‘Abd al-Rahmän III (951-958), Al-Hakam II (962-967) y Almanzor (988). Posteriormente, en el siglo XVI, se realizaron las obras de la catedral renacentista.

Las obras realizadas bajo el emirato de ‘Abd al-Rahmän I 1 se estructuran en once naves divididas, a su vez, en doce tramos. Su importancia radica en el novedoso sistema estructural, basado en la superposición de arcos de entibo romanos sobre arcos de herradura que será utilizado en las sucesivas ampliaciones y que hace que este edificio se aparte de todos sus similares orientales y coetáneos, ganando a éstos en profundidad, diafanidad espacial, altura y belleza. Respecto a la decoración, el interior destaca por el aprovechamiento de fustes, basas, capiteles y cimacios romanos, elementos que ennoblecen al edificio. El exterior, en cambio, presenta un austero y monumental muro de sillares de caliza floja amarillenta asentados con aparejo a soga y tizón, cuya unidad se rompe sólo para insertar la Bäb al-Uzarä o Puerta de los Ministros 2. Esta puerta, llamada hoy día de San Esteban, es la más antigua de su estilo conservada en España y, por su riqueza decorativa, una de las joyas del arte hispanomusulmán.

Entre los años 833 y 848 los arquitectos eunucos Ners y Masrur amplían la mezquita con ocho tramos más por orden del emir ‘Abd al-Rahmän II 3. El interior sigue fiel a los cánones impuestos en la primitiva mezquita de ‘Abd al-Rahmän I aunque se observan dos diferencias de importancia: la primera es la ausencia de basas que sustenten las columnas, mientras que la segunda es la aparición de unos bellísimos capiteles elaborados por el taller cordobés que se unen  a los aprovechados de otras épocas. En el exterior destacan las portadas de San Miguel 4 y de los Deanes 5, siguiendo ambas las trazas dispuestas en la Puerta de los Ministros.

En el siglo X, Córdoba vive su apogeo bajo el gobierno de los califas ‘Abd al-Rahmän III (912-961) y Al-Hakam II (961-976) y su mezquita se transforma y enriquece. ‘Abd al-Rahmän III, muy ocupado en la realización de la ciudad palatina al-Madïna al-Zahrä’, no amplió la mezquita pero sus intervenciones en ella fueron de gran importancia; la primera fue la construcción entre los años 951 y 952 de un alminar nuevo que vino a sustituir el construido por Hisäm I, hijo de ‘Abd al-Rahmän I, en el año 793. De este nuevo alminar 6 sólo queda parte del interior, pues tras el terremoto de 1589 se envuelve con una sólida estructura barroca realizada por Hernán Ruiz quedando oculto y cegado. Más suerte ha tenido, en cambio, la restauración del patio 7 y la fachada de la mezquita al mismo, incluyendo la Puerta de las Palmas 8 llevada a cabo en el año 958 por el arquitecto Sa‘id ibn Ayyüb y cuyo esplendor aún podemos contemplar. Tras éstas reformas ‘Abd al-Rahmän III pensó ampliar la mezquita pero su muerte hizo que esta labor fuera realizada por su hijo, Al-Hakam II, quien en el año 961 encargó la obra al “hâyïb” (Primer Ministro) Ya ‘far ibn ‘Abd al-Rahmän. La ampliación de Al-Hakam II 9 es fiel a la antigua estructura del edificio y añade doce tramos más pero con una novedad, la construcción de cuatro “qubbas” o cimborrios que señalan las partes principales, al mismo tiempo que acrecientan la iluminación y convierten a este edificio en un hito de la historia de la arquitectura. Las cuatro cúpulas cordobesas de la ampliación de Al-Hakam II son distintas a todo lo anterior y contemporáneo, siendo una ingeniosa extensión del sistema de entrecruzamiento de arcos. La primera se sitúa justo donde estuvo el mihrab de ‘Abd al-Rahmän II y hoy día recibe el nombre de capilla de Villaviciosa 10, porque allí se trasladó en 1713 la virgen de dicha localidad. Las otras tres se encuentran justo delante del mihrab y de ellas destaca la central, conocida como al-Qubba al-Kudra al-Mujarrama 11, por encontrarse debajo de ella la zona más importante y más rica de la mezquita: el mihrab 12. El conjunto de la fachada del mihrab es un derroche de magnificencias y está formado por tres puertas: la del mihrab en sí que ocupa el centro, la del sabat 13 y la del bayt al-mail o sala del tesoro 14. Las tres están decoradas con mosaico bizantino realizado por súbditos del emperador de Bizancio Nicéforo Focas. En cuanto al aspecto exterior de la ampliación de Al-Hakam II, hay que decir que sigue la estructura original de la mezquita, conservándose dos fachadas, una a occidente y otra a oriente. La de occidente es la conocida hoy con el nombre de La Paloma 15 y fue restaurada en el siglo XV. En la fachada de oriente, sólo se conservan los restos de la puerta del Chocolate 16 pues los restantes fueron destruidos al realizar Almanzor su ampliación.

La ampliación de Almanzor 17 llevada a cabo entre 987 y 990 fue la última y más extensa de todas, no ofreciendo ya novedades arquitectónicas al edificio. Esta obra, debido a la proximidad del río Guadalquivir, se hizo hacia el oriente, por lo que el mihrab quedó descentrado. Pese a la general oposición de los cordobeses, hacia 1523 se levantó dentro de la mezquita la catedral renacentista, para lo que hubo que sacrificar parte de lo construido por  ‘Abd al-Rahmän I, ‘Abd al-Rahmän II y Almanzor y perder la maravillosa perspectiva que ofrecía desde cualquiera de sus ángulos. Lo más destacado de esta obra es la capilla Mayor 18, de Hernán Ruiz “el Viejo” quien trató de armonizar unas construcciones inspiradas por tan distintas sensibilidades. Este mismo artista hizo también la planta de cruz latina en la que se ubica el coro, el cual fue realizado en espléndido estilo barroco por Duque Cornejo. Otros espacios interesantes de la catedral son: la capilla del Cardenal 19 concebida como capilla mortuoria por Francisco Hurtado y la capilla del Sagrario 20.

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